martes, 4 de octubre de 2016

TIEMPO DE LECTURA Y CINE CON ROALD DAHL-1


Cien años de la magia de Roald Dahl

Gran parte de la vida de Roald Dahl la podemos entresacar de sus propios cuentos. Nació en la localidad galesa de Llandaff el 13 de septiembre de 1916. Sus padres, de origen noruego, le llamaron Roald en honor al célebre explorador Roald Amundsen, el primer hombre que llegó al Polo Sur. Su infancia no fue feliz. Con cuatro años vio como su padre y su hermana mayor fallecían con pocas semanas de diferencia y él tuvo que educarse en los severos colegios británicos de la época. El único consuelo que tenía eran los cuentos que le contaba su madre y los dulces que le daban a probar en clase los fabricantes de los chocolates Cadbury, que querían saber qué aceptación tenían sus productos entre los niños.
Una vez terminados sus estudios comenzó a trabajar en la compañía Shell Oil, un empleo que le llevó a viajar por África. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial se alistó como piloto. En Libia sufrió un grave accidente que le dejó inmóvil y ciego durante varios meses. Una vez recuperado, fue enviado a Washington y en esa ciudad publicó sus primeros escritos. En 1943 llegó a las librerías Los Gremlins, la historia de unas extrañas criaturas responsables de averías inesperadas en los aeroplanos. Este original cuento, basado en una antigua tradición anglosajona, fue un encargo de Walt Disney, que pensó hacer una película con esos personajes. Fue el primer contacto del escritor con el mundo del cine.
Su carrera como escritor se desarrolló a lo largo de las décadas de los años 50, 60 y 70. De su pluma surgieron títulos como James y el melocotón gigante, Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate, Fantástico Sr. Fox o Mi gran gigante bonachón. Relatos que, a menudo, han saltado a las pantallas de cine para delicia de grandes y de chicos.

Roald Dahl murió a los 74 años, el 23 de noviembre de 1990. El pasado 13 de septiembre, día del centenario de su nacimiento, se homenajeó su figura por todo el mundo y nosotros lo haremos durante todo este primer trimestre del curso con lecturas y visionado de algunas de las adaptaciones cinematográficas de sus cuentos.

El que no cree en la magia nunca la encontrará”, solía afirmar el escritor. Y él, en las páginas de sus libros y cuentos publicados a lo largo de casi cinco décadas, dejó claro que no solo la había hallado, sino que la regalaba a todo aquél que se adentraba en el maravilloso mundo nacido de su imaginación. Sus narraciones están llenas de giros divertidos e inesperados pero repletos de reflexiones. Son fábulas que invitan a pensar; viajes intemporales cuyo punto de partida siempre es el mundo de la infancia. Quizá porque Roald Dahl nunca olvidó del todo al niño que un día fue.
De cultura.elpais.com


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