martes, 11 de septiembre de 2012

LOS APUROS DE UN PARAGUAS

Érase una vez un niño parlanchín, pelirrojo, con abundante melena. Un día fue a pasear por el lindero del bosque y allí vio un paraguas negro apoyado en el tronco de un árbol. Lo cogió, lo alzó y lo abrió, y se dio cuenta de que el paraguas podía hablar...

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