En un país
llamado Bombonazo, había un rey al que le gustaba gastar bromas a sus súbditos
para reírse de ellos.
Por las noches se vestía de
fantasma con una sábana blanca que le cubría de los pies a la cabeza, una luz
en la frente y unas cadenas que, cuando andaba, hacían un ruido que asustaba a
la gente de Bombonazo que corría a esconderse en lo más hondo de su casa....
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