Existen muchos medios de expresión y de comunicación utilizados por el ser humano. Al expresar nuestros pensamientos, deseos, etc., empleamos el lenguaje oral o escrito como vehículo de comunicación. Pero existen otras maneras de comunicarse mucho más universales que no conocen las barreras del idioma. Entre ellas, tenemos el dibujo. En este caso partimos de logotipos.
El logotipo
(coloquialmente conocido como logo) es un elemento gráfico que identifica a una
entidad ya sea pública o privada y lo que distingue a una marca.
Históricamente,
los artesanos del barro, del cristal, de la piedra, los fabricantes de espadas y
artilugios de hierro fino, así como los impresores utilizaban marcas para señalar su autoría.
Para que un
logotipo resulte congruente y exitoso, una manera de conforme al principio
fundamental del diseño donde «menos es más», la simplicidad permite que sea:
legible, escalable, reproducible, distinguible, memorable.
Las marcas
construidas exclusivamente con letras llegan a tener tanta fuerza o más que
aquellas que, si bien cuentan con un ícono gráfico, requieren de la asociación
del texto para posicionarse de inicio.
Por
otra parte, nuestro entorno es básicamente tridimensional. En él nos hallamos
rodeados por un espacio continuo sobre el que se ordenan los seres vivos y los
objetos.
Mantenemos
una relación espacial concreta con respecto al resto de los elementos y somos
capaces de percibir que existe un espacio entre ellos y, por tanto,
profundidad. Cada uno de los objetos que percibimos son asimismo cuerpos
volumétricos, estructurados en torno a tres dimensiones: la altura, la anchura
y la profundidad.
Cuando
nos encontramos ante una obra pictórica mantenemos una actitud contemplativa
esencialmente inmóvil. Basta con situarse ante el cuadro, observar y disfrutar.
Al
enfrentarnos a una obra tridimensional nuestra actitud debe variar si pretendemos
percibir la complejidad de su volumen. Será necesario moverse alrededor de todo
su conjunto, ver y analizar con detalle todas sus caras.
Y
al proponer este trabajo, pretendíamos entre otras cosas, ver la evolución y el
cambio de actitud ante la obra realizada. Y
además, sabiendo que son muchos los procedimientos y materiales que se
pueden utilizar para obtener un resultado plástico volumétrico a partir de una
superficie plana. La actividad es transformar el logotipo de nuestra revista en
un pisapapeles que formará parte de una actividad propuesta para el próximo 16
de diciembre, Día de la
Lectura en Andalucía y que llamamos CANICAcrossing.
Sois únicos.
ResponderEliminarFelicidades por vuestro trabajo.
Saludos
Juan