LAS BRUJAS
El cuento trata de un niño de padres
noruegos de siete años que pasa sus vacaciones de verano y de Navidad en casa
de su abuela materna en Noruega. En una de las vacaciones sus padres mueren en
un accidente de tráfico y él se queda a vivir en Noruega con su
abuela.
Ella le cuenta historias sobre brujas
y le dice que existen en la realidad y que son muy distintas a como todos nos
imaginamos. La abuela le explicó que las brujas son seres normales que llevan
pelucas, ya que son calvas, usan guantes para esconder sus largas uñas y tienen
los pies cuadrados, sin dedos, y para disimular usan zapatos de punta que les
producen muchos dolores. En la nariz tienen unas ondas porque huelen el mal olor de
los niños a kilómetros, tienen la saliva azul, y en sus
ojos se puede ver el odio. Las brujas odian a
los niños y los matan, y por eso los niños no deben salir solos porque puede
haber una bruja esperándolos.
Un día un señor llegó a la casa de la abuela
informándoles de que sus padres habían dejado testamento y que
querían que la abuela se encargara de cuidar al niño si ellos morían, pero que
debían mudarse a Inglaterra y vivir en la casa en la que el niño
había vivido.
Aunque la abuela había dicho que no le gustaba vivir
en Inglaterra, rápidamente se mudaron y el niño volvió al colegio. Se lo
pasaba muy bien con su abuela, que le seguía contando historias de
brujas cada día y construyeron una cabaña en lo alto de un árbol de su
jardín.
Habían organizado ir de vacaciones a
Noruega, pero su abuela enfermó de pulmonía y el médico le recomendó que no se
fueran porque Noruega estaba muy lejos y hacía muy frío.
Entonces decidieron irse de
vacaciones al Hotel Magnífico de Bournemouth, ya que en esa zona había un aire
sano y ayudaría a que la abuela se curara. Su abuela antes de ir le regaló dos
ratones blancos a los que llamó Guiller y Mary. En el hotel tuvo problemas
porque los ratones asustaron a la gente y la abuela llegó a un acuerdo con el
director del hotel, que le permitió tenerlos pero siempre que estuvieran en una
caja y sin salir de la habitación.
Una tarde mientras se encontraba
escondido detrás de un biombo en una sala del hotel, amaestrando a sus dos
ratoncitos, entraron casi 200 mujeres en la sala y descubre que todas las
mujeres que estaban allí eran brujas y planeaban convertir en ratones a todos
los niños de Inglaterra usando una sustancia mágica llamada Fórmula
86 Ratonizador de Acción Retardada.
Entonces pudo ver como La Gran Bruja
transformó a un niño llamado Bruno en ratón. La Gran Bruja les explicó a las
demás brujas que comprarían las mejores tiendas de golosinas de toda Inglaterra
y que darían a los niños junto con los bombones el Ratonizador, y que los niños
a las 9 de la mañana, justo cuando acaban de llegar al colegio, se convertirían
en ratones y que serían exterminados todos.
Para terminar la reunión La Gran
Bruja le dijo a las brujas más mayores que por la tarde fueran a su cuarto, que
ella les daría un frasco de Ratonizador de 500 dosis, para que ellas no
tuvieran que prepararlo. Cuando las brujas se marchaban una de las brujas lo olfatea, diciendo caca
de perro, que quería decir olor a niño y es capturado, entonces le hacen beber
una dosis del Ratonizador de Acción Retardada y lo convierten en un
ratón.
Gracias a su tamaño consigue esconderse y salvarse. El
niño, ya convertido en ratón, encuentra a Bruno, que también era un ratón, y
logran llegar al cuarto de su abuela y le cuenta todo lo que había pasado. La
abuela cree a su nieto y deciden salvar a los niños de Inglaterra. Para ello
organizan un plan que consiste en robar un frasquito de la poción mágica y
echarlo en la comida que cenarán las brujas. El niño consiguió
entrar en el cuarto de la Gran Bruja y robó un frasquito de Ratonizador. A la
noche lo puso en la sopera que iban a cenar todas las brujas y al tomar la sopa
todas se convirtieron en ratones y los trabajadores del
hotel las mataron a todas.
El niño será siempre ratón, pero se siente orgulloso
por lo que ha hecho y, además, muy a gusto siendo un ratón, porque los ratones
no vivían mucho y él quería morir con su abuela, ya que
se querían mucho. La abuela entrega a Bruno a sus
padres, que al principio no creían la historia que la abuela les contó de cómo
su hijo se había convertido en un ratón.
El niño y su abuela vuelven a Noruega y viven felices.
Un día la abuela le cuenta al niño que se hizo pasar por el Jefe de la policía
de Noruega y llamó a la policía de Inglaterra y había conseguido averiguar la
dirección de la casa de La Gran Bruja, y que vivía en un castillo. La abuela le
dijo que seguro que La Gran Bruja tenía la dirección de todas las brujas de
todos los países. Entonces decidieron que para poder acabar con todas las
brujas, prepararían pócimas de Ratonizador de Acción Retardada y las
llevarían al castillo donde vivía La Gran Bruja y se las darían a
beber a todas las brujas que vivieran allí y convertirlas en ratón. También
decidieron que llevarían gatos para que acabaran con ellas.
Cuando hubieran acabado con las brujas que vivían en el
castillo, podrían conseguir la dirección de todas las brujas del mundo y
después ya podrían acabar con ellas.