miércoles, 19 de diciembre de 2018
miércoles, 12 de diciembre de 2018
DÍA DE LA LECTURA EN ANDALUCÍA
16 DE DICIEMBRE
DÍA DE LA LECTURA EN ANDALUCÍA
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El 16 de diciembre es el día elegido por la Junta de Andalucía para celebrar el Día de la Lectura en Andalucía. Un 16 de diciembre de 1902 nació Rafael Alberti y también, tal día como ese, en 1927 se reunieron en el Ateneo sevillano los poetas que conformarían la Generación del 27: Lorca, Alberti, Dámaso Alonso, Bergamín, Cernuda y Gerardo Diego, para clausurar el homenaje al poeta cordobés Luís de Góngora. Alrededor del 16 de diciembre, por tanto, se celebran en toda la comunidad autónoma actividades literarias y
de fomento de la lectura.
DÍA DE LA LECTURA EN ANDALUCÍA
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El 16 de diciembre es el día elegido por la Junta de Andalucía para celebrar el Día de la Lectura en Andalucía. Un 16 de diciembre de 1902 nació Rafael Alberti y también, tal día como ese, en 1927 se reunieron en el Ateneo sevillano los poetas que conformarían la Generación del 27: Lorca, Alberti, Dámaso Alonso, Bergamín, Cernuda y Gerardo Diego, para clausurar el homenaje al poeta cordobés Luís de Góngora. Alrededor del 16 de diciembre, por tanto, se celebran en toda la comunidad autónoma actividades literarias y
de fomento de la lectura.
Es en los libros y en
las bibliotecas, donde está el poso del saber, quizás la información la
tengamos hoy día accesible a golpe de click, pero el libro aporta un viaje
interior que alimenta de forma más sólida el desarrollo intelectual de la
ciudadanía. Deben existir por ello espacios públicos donde el libro sea el
protagonista.
Robándole las palabras
al poeta Jorge Urrutia, de su alocución
ciudadana dedicada a este día, ¿qué es más importante, leer o escribir? Van a
decirme ustedes que es una pregunta extraña, pero las preguntas que no son
extrañas no merecen hacerse. Hay tanto ya escrito, que parece más importante
leer. Pero leer no consiste simplemente en juntar letras y palabras, sino en
comprender lo que se lee. Y comprender es más que entender el significado de la
cadena que conforman, unas detrás de las otras, las palabras. Leer, y leer
literatura, consiste en sumergirse en lo que el libro ordena y penetrar en la
vida que, parecida o no a la cotidiana, el escritor construye. De modo que leer
es vivir. Y también soñar un mundo nuevo y tal vez maravilloso. O simplemente,
soñar nuestra calle. También resistir la dureza y dificultad de la existencia,
con sus disgustos, sus dificultades, sus amenazas, sus daños, sus penas. Leer
es sobrevivir. Entre escribir y leer, parece que lo más importante, lo que nos
corresponde a todos, es leer.
Pero para que podamos
leer, antes alguien ha tenido que escribir. Y tampoco escribir consiste sólo en
juntar las letras para construir palabras, ni en poner las palabras en fila para
hacer frases, ni en acumular las frases. El escritor selecciona del mundo lo
más significativo y nos lo pone delante para que lo comprendamos. Escribir es
hacer que el lector descubra.
Así, el escritor nos hace
conocer lo que desconocíamos. Nos pone delante lo diferente, lo otro, la cara
oculta de la luna, lo prohibido, lo secreto. El escritor debe ser alguien que
no sigue lo ordenado, lo previsto, lo impuesto. El escritor se rebela contra lo
sabido y, por ello, nos empuja a conocer un mundo nuevo.
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